martes, 13 de marzo de 2012

Los niños de la guerra. Autor Danielyan.


Niños de la Guerra

Los "Niños de la Guerra" son los ciudadanos de origen español desplazados al extranjero, durante su minoría de edad, como consecuencia de la Guerra Civil, que desarollaron la mayor parte de su vida fuera del territorio nacional.
En septiembre de 1937 en España existían 564 colonias colectivas que acogían a 45.248 niños y niñas. Durante la guerra fueron evacuados unos 30.000 niños. Los niños españoles partieron  hacia la Unión Soviética en cuatro expediciones en 1937 y 1938.
Herminio Martínez fue uno de los niños vascos que en 1937 llegaron a Inglaterra huyendo de la guerra civil española. Herminio fue uno de los 4.000 niños que el 21 de mayo de 1937 embarcaron en el barco Habana rumbo a Southampton. El tenía 7 años y su hermano 11. Dormían en el suelo del salón. Tropezaron con una tormenta en el golfo de Vizcaya y aquello fue espantoso, rodando por el suelo, devolviendo, niños llorando pidiendo a gritos volver a Bilbao con sus padres. El 23 de mayo desembarcaron. Mientras la banda de música de la organización protestante Salvation Army tocaba, cientos de vecinos daban la bienvenida a los niños. Pero ni la iglesia católica ni el Gobierno británico compartían ese júbilo. “El Gobierno británico no nos quería, había rehusado a aceptar refugiados de la guerra civil tras firmar un pacto de no intervención. Decía que ayudando a los niños habría menos bocas que alimentar en Bilbao y así se podría resistir mejor al asedio de los franquistas. Y eso sería contravenir el tratado”. Al final, unos 440 niños no fuimos requeridos por nadie, unos porque sus padres habían muerto, estaban en la cárcel o no tenían recursos para mantenerlos. El estuve en ocho colonias, además empecé a trabajar a los 14 años. Los trabajos que les salían: pelar patatas, lavar platos... La guerra cuando no destroza vidas interrumpe vocaciones, a Luis Portillo, desde 1934 profesor de Derecho Civil en Salamanca, lo había convertido en pela patatas a bajo sueldo.
Cualquier guerra lleva mil de vidas. Las guerras son horrorosas. No respetan a nadie, hasta los niños. La guerra hace a los niños crecer rápidamente, por eso los niños deben tener una infancia clara y feliz. Los niños de la guerra ya hace mucho se hacían los papás y las mamás, los abuelos y las abuelas, luchaban que y a nuestros hijos tengamos un futuro luminoso. La guerra tocará nunca ni nosotros, ni nuestros hijos...

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