Súzdal ha sabido combinar com exelente gusto a lo largo de sus ocho siglos de historia los monumentos con un entorno natural sencillamente delicioso. Se mmenciona por primera vez en los manuscritos del año 1024 siendo la capital del Principado de Súzdal hasta mediados del siglo XIV. Pasear por sus tranquilas con sus casa de madera y sus huertos es todo un placer y durante el paseo se pueden contemplar el Monasterio del Manto de la Virgen y Monasterio de San Alejandro, ambos del siglo XIII;
el Monasterio de la Interseción y el de San Eufemio el Salvador del XIV;
la Caredral de la Natividad, el edificio más antiguo de la ciudad y el magnífico Museo de Arquitectura de Madera y Modo de Vida Campesino. A cinco kilómetros de la ciudad se levantan la Hacienda Principesca de Kideksha, el Templo de Boris y Gleb
construido en pierda blanca, la Iglesia de San Estéfano y su campanario de forma piramidal. Este conjunto de monumentos de la arquitectura rusa forma parte del Museo-reservo histórico-arquitectónico de Vladimir y Súzdal.